¿Cómo lograr que un cliente potencial haga clic en el anuncio de mi marca? Esta es probablemente una de las preguntas más comunes para cualquier persona que esté trabajando en una estrategia de SEO. La Neurociencia nos ofrece algunos ganchos para “hacer clic”, llamémosle Neuro SEO.

El neuromarketing, con todo el conocimiento provisto por la neurociencia acerca del funcionamiento del cerebro humano, ha probado ser un aliado poderoso al momento de lograr las conversiones que toda marca busca, y que se ha convertido en uno de los principales objetivos del marketing digital.

La utilidad del SEO está más que probada y ahora, con el apoyo del neuromarketing, es posible guiar el comportamiento de los usuarios dentro de los motores de búsqueda para ganar relevancia en Google. La clave es lograr tomar ventaja de los sesgos cognitivos.

Si bien el cerebro representa únicamente el 2% de la masa corporal, requiere del 20% de la energía para funcionar. Ante esto, el uso eficiente de la energía es una necesidad de sobrevivencia, con la que todos venimos “programados” y que nos permite tomar decisiones en fracciones de segundo, basadas en hábitos y decisiones previas.

Estos 12 consejos nos ayudan a jugar con esta “programación”, para crear círculos virtuosos en donde los usuarios estén más propensos a hacer clic en nuestro link en la página de resultados de Google; no se vayan hacia el sitio de nuestra competencia; las conversiones sucedan más a menudo; y regresen luego para repetir este ciclo.

 

 

  1. Usar el efecto mímica. El efecto mímica sucede cuando una persona actúa y habla de forma similar a otra, lo que genera empatía y confianza en su interlocutor. La confianza es clave, y para construirla por medio del SEO tenemos que asegurarnos que nuestros usuarios perciban que actuamos y pensamos de la misma forma que ellos.

 

  1. Crear ganchos para apelar a las emociones. Aquellos anuncios emocionales y titulares emotivos siempre serán los que conformen mejores campañas. Los ganchos emocionales pueden lograr conversiones, que las personas se conmueven, y que finalmente actúen.

 

  1. Proveer pruebas sociales. Las personas confían en las personas, no en las marcas. 8 de cada 10 personas confían en la opinión de familiares y amigos al momento de hacer una compra. Además, el sentido de pertenencia y la aprobación que podrían obtener al hacer una compra puede impactar directamente en las ventas y popularidad de la marca.

 

  1. Los sesgos de urgencia. Los seres humanos tomamos decisiones de forma irracional, es el claro ejemplo del FOMO, o miedo a quedarse fuera. Este es un factor que puedes usar a tu favor para que el cliente tome la decisión de comprar de inmediato.

 

  1. Los sesgos de confirmación. Las personas buscan información para confirmar su propia opinión. Si brindamos datos que apelen al ego del usuario, éste permanecerá más tiempo en nuestro sitio, lo que aumenta las oportunidades de conversión.

 

  1. Evitar dilemas por descuentos. Los clientes suelen asociar el descuento sobre un producto con mala calidad, incluso cuando una persona paga por un producto rebajado tiende a ser más crítica con éste. Por eso siempre tiene que haber una razón legítima para bajar el precio.

 

  1. El efecto “manos calientes”. La creencia popular es que un ganador volverá a ganar y seguirá ganando, a esto se le conoce como el efecto “manos calientes”. El cliente tiene que sentir que salió ganando con el producto y regresará por más. El contenido y meta descripciones de tu sitio tienen que brindar esta sensación.

 

  1. El sesgo de la atención. La familiaridad atrae. Mientras más familiar y visualmente reconocible sea tu marca para tus clientes, mayor la probabilidad de conseguir el clic, que finalmente hará que Google asocie tu sitio como relevante respecto a una palabra clave.

 

  1. El sesgo de la comparación. Si estás vendiendo productos similares a diferentes precios, las personas querrán comparar. Un contenido optimizado es la clave. Controla la conversación, compara tus dos productos o el tuyo con el de la competencia. O mejor aún utiliza un tercer producto como señuelo, para que el que quieres vender se vea como más razonable o deseable.

 

  1. El sesgo de la resolución de problemas. Solo 1 de cada 3 personas compran para obtener algo, pero 7 de cada 10 lo hacen para resolver un problema. Y tu marca podría ser la que resuelva todos los problemas de tus clientes potenciales, aún aquellos que no sabía que tenía.

 

  1. Proveer un marco al precio. Es preferible 3 dosis pequeñas a una píldora gigante. ¿Qué comprarías? ¿Un producto a un costo de 600 al año, o uno de 50 al mes? Aunque esto no es aplicable a todos los productos y servicios, vale la pena para aquellos que lo permitan.

 

  1. El sesgo de la disponibilidad. Los seres humanos son más propensos a notar y recordar algo que recientemente captó su atención. Cuando algo sobresale, tiene más oportunidades de ser recordado.

 

Los títulos, contenido, etiquetas y meta descripciones de tu sitio tienen que ser diferentes a los de tu competencia. Busca tu producto en Google y analiza cómo tus competidores lo describen, no quieres verte igual que ellos, quieres sobresalir, ser más original y así más recordado.